VÍCTOR JOSÉ LÓPEZ
EL VITO
Un día el ganadero
tlaxcalteca Manuel De Haro González en palque con un grupo de amigos en Maracaibo, grupo entre quienes se encontraban Antonio
Arteaga “Arteaguita”, Jesús Salermi
y Oscar Aguerrevere, ganadero venezolano de Tierra Blanca , disertábamos sobre
el inagotable tema del toro de lidia mexicano, el toro de España y las
importaciones hechas a Venezuela por los criadores nacionales muy entusiasmados aquellos días con lo de Santa Coloma.
Poco se hablaba de lo de Domecq, y de lo de México la referencia era histórica porque las grandes ferias nacionales se habían construido construido con la bravura y nobleza del toro mexicano.
Hubo un momento de
intransigencia en la discusión, por parte de Aguerrevere, que en ese momento
deseaba encender un cigarrillo, pero no tenía fósforos.
Al solicitarle fuego al
ganadero de De Haro, Manuel se le acercó, con un mechero encendido y a medida
que Oscar le acercaba el cigarrillo, con intención de encenderlo, Manolo le
alejaba el mechero obligándole a humillar al perseguir la lumbre.
A lo que De Haro dijo:
-
Esta es la diferencia, la gran diferencia entre el toro americano, el
español y el de México. ¡Que así humilla el toro de México!
La señora Martha González de Haro, madre de Manuel de Haro,
es nieta, sobrina, hija, hermana, prima y madre de ganaderos de reses bravas. Bella
dama, estandarte de los ganaderos fundadores de los más célebres hierros de la
histórica región de Tlaxcala, ganaderías que sostuvieron sobre sus hombros,
durante muchas décadas, el desarrollo de la fiesta de los toros en México y en
gran parte de Suramérica.
- Según datos que gentilmente me ha suministrado el propio don Manuel
de Haro, padre de Manuel De Haro González, y en largas, amenas e instructivas conversaciones que he tenido con otro de sus hijos, el licenciado Jorge de Haro González, destacado abogado, aficionado de categoría y que vive la fiesta de los
toros bajo un prisma muy realista y objetivo, que llegó a ser Presidente de la
Asociación de Criadores de Toros de Lidia, a tempranísima edad; y Presidente de la Conferencia Mundial de Ganaderos.
Jorge como su hermano Antonio
son hombres de envidiable cultura taurina y apego por las cosas de su tierra.
Por ellos, los hermanos De Haro González me entero de que todo nació en 1835,
cuando don Mariano González Fernández arrendó la hacienda San Mateo
Huiscolotepec en el estado de Tlaxcala.
Conocí a Manuel de Haro y a
la señora Martha, en la ocasión del primer viaje de los toros de De Haro a
Venezuela.
Junto a mi compadre Raúl
Izquierdo les invité a comer a casa de Amadeo Costa, cuando éste era
propietario del restaurante de carnes La Estancia, en La Castellana; y en una
entrevista que le hice a De Haro, me declaró —al preguntarle si se pensaba en
importar sementales a México, desde España, para refrescar la sangre del toro
mexicano— con una respuesta que provocó revuelo,muchos comentarios en Venezuela
e iirritación en México y en España. Los mexicanos de lalinea San Mateo, y los
españoles tras lo que luego conquistaron el favor de los criadores
sudamericanos.
- "No; no hemos pensado
en traer semen de España o en importar sementales", dijo don Manuel De
Haro, agregando que "lo que sí tenemos claro es que la ganadería brava
española necesita con urgencia refrescarse, y creo que lo más conveniente es
hacerlo con semen del toro bravo de México.
Hizo referencia Manuel de
Haro a la caída del toro español, por lo que en 1976 la cabaña brava española vivía momentos muy
preocupantes.
Hombre de teoría muy definida
en la cría del toro de lidia, don Manuel de Haro no sólo ha luchado contra la
inclemencia de los suelos de Tlaxcala, las heladas, la falta de recursos, sino
a favor de un concepto de selección y de formación de la ganadería brava. Los
conceptos y criterios de don Manuel, lo han enfrentado a los ganaderos de Zacatecas, los herederos
de las teorías de don Antonio Llaguno y los jóvenes del México ganadero que hoy
perefieren los caminos señalados por los Domecq.
Nos enteramos de la partida por un mensaje de su hermano Antonio. Habíamos hablado la última vez, días antes de su partida a la Ciudad de México. Había dejado atrás las estepas tlaxcaltecas,esas de helados amaneceres, donde entre magueyes se conservan nuestros recuerdos.
Nos enteramos de la partida por un mensaje de su hermano Antonio. Habíamos hablado la última vez, días antes de su partida a la Ciudad de México. Había dejado atrás las estepas tlaxcaltecas,esas de helados amaneceres, donde entre magueyes se conservan nuestros recuerdos.
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