FANDIÑO NO MERECE SER HUMILLADO |
EL VITO
¿Es la fiesta que defendemos la que ayer se celebró en Pachuca?
No lo creo.
Haber sido testigos del espectáculo de los escuálidos erales lidiados en la
Vicente Segura es, para cualquier aficionado con un mínimo de sensibilidad, una
humillación.
Si tuvimos expectativa por ver lidiar los famosos toros de
Medina Ibarra, decepcionados nos sentimos al ver esas miniaturas carentes de
pitones, salir a la arena hidalguense.
Con razón el público no respaldó con su presencia este pobre
espectáculo, una mojiganga que se le brinda a quien se pretende tomarle el
pelo.
La presentación de Iván Fandiño, que cortó tres orejas, dos
de ellas en toro de regalo de un novillote de La Venta del Refugio, no ha respondido
a la altura que se espera de este torero mil veces probado ante toros de a de veras.
El buen torero que es Arturo Macías, desluce ante los liliputienses astados de
Medina Ibarra, y Sergio Flores se vio desacoplado y de espaldas a lo que México
sabe que puede ser.
No, esta no es la Fiesta por la que valdría quebrar lanzas por su
defensa.
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