LOS ARMILLITA: Manolo Espinosa Acuña, Fermín Espinosa Menéndez y su hijo Fermín, matador toros y Miguel Espinosa Menéndez "Armillita Chico"en el callejón de la Plaza de Las Ventas |
Rafael Toledano, mozo de
espadas de Miguel Espinosa "Armillita Chico", tiene todo preparado en
la camioneta del matador. Los amigos que fueron a verle vestir antes de la
corrida, esperan en el amplio patio empedrado de Chichimeco a que el menor de
los hijos del Maestro de Maestros salga rumbo a la plaza de Aguascalientes,
donde esa tarde tiene un compromiso. Un silencio sobrecogedor embarga a todos
los presentes... Y en eso aparece Miguel, vestido de canela y oro, con esa
sonrisa que le parte la cara.
Con Rafael Toledano, amigo tesorero de tantos recuerdos |
La madre de Miguel, Nieves Menéndez, se mueve de un lado a otro
del corredor de la casa que da al patio de los arcos grandes y de las paredes
encaladas. Ordena cosas sin ordenar nada, espanta un perro que no entiende porqué
le quitan del gozo del calor del pedazo de sol que cae sobre la fría loza.
Nieves se transforma, cuando Miguel
sale de canela y oro, con el capote de paseo doblado en el ante brazo,
la montera atenazada en la mano derecha, con la cara colorada y la traviesa
sonrisa. Le bendice, y le dice en alta
voz: ¡No te dejes Miguel, no te dejes!
Es una frase muy conocida,
para los amigos de la casa de Armillita.
La hermosa señora de rubios cabellos y ojos turquesa, que nerviosa se
mueve silenciosa por corredores, cuartos y patios de la casa grande, es el alma
del santuario armillista: ese viejo caserón de Chichimeco, corazón abierto para
el toreo puro, verdadero y latente con vigorosa vida para el recuerdo único del
maestro Fermín Espinosa...
Ella... doña Nieves, es la
madre de Fermín y de Miguel y ellos, Miguel y Fermín, se enfrentan esta tarde,
mano a mano, en la plaza de Aguascalientes... Pero doña Nieves sólo dice "No te dejes Miguel, no te
dejes"... No importa que el rival de Miguel sea su propio hermano,
también hijo de sus entrañas, es el
ritual que por años se vive en Chichimeco, que el que salga de esta casa tiene
que salir a "no dejarse".
Y no se dejó Miguel, así
aquella tarde fuera Fermín el que se llevara las orejas y el rabo de los nobles
toros de don Fernando de La Mora; y no se dejó, porque "Armillita
Chico" es torerismo de pies a cabeza y conoce muy bien su responsabilidad
. Sabe cuánto pesa sobre sus hombros el ser Capitán General de una casa
centenaria.
EN SANTAIGO CASA DE SU GRAN AMIGO PEPE GARFIAS Y DEL VENEZOLANO ERICK CORTÉS |
Dinastía torera que nació a
finales del siglo pasado en Juárez, Chihuahua, con los hermanos Espinosa
Orozco, y que se engrandeció con los triunfos de España del maestro Fermín, el
del triunfo de "Clavelito" de Vicente Martínez en Barcelona, al que
le cortó las dos orejas, el rabo, las cuatro patas y los cojones al lado de
Juan Belmonte y de Marcial Lalanda... Sería, más tarde, este Lalanda del Pino
el autor intelectual del "Boicot del Miedo", primera manifestación
española de la impotencia ante el poderío de Fermín. Una manifestación que con
el tiempo sentirían en sus carnes muchos toreros americanos, los hermanos Girón
entre ellos... Es por eso el "¡No te dejes Miguel, no te dejes!"
salta al aire dormido, cálido y muy privado de Chichimeco como divisa de garra
y de tradición toreras para no dejarse por nadie... Como dijo Paco Malgesto, al
abrir los micrófonos y las cámaras de Televisión Española en el programa de mi
querido amigo Joaquín Gordillo:
- Ponciano Díaz fue el
primero en ir a España, pero estaba después de Lagartijo y de Guerrita; como
Rodolfo estuvo detrás de Gallito y de Belmonte. Arruza de Manolete.
"Armillita" fue el primero en todo, el más joven al tomar la
alternativa, el primero en España en las temporadas del 34 y del 35, porque
todos los demás, Lalanda, Domingo Ortega, el propio Belmonte, venían detrás...
En el santuario de Chichimeco
están las cabezas de Clarinero y
Nacarillo, banderas de una
afición que se prolonga hasta Suertero e Inolvidable, dos toros inmortalizados
por Miguel Espinosa Armillita Chico en
la Plaza de Toros Monumental de México... Están las fotos del Maestro de
Maestros y se confunden con las del Joven Maestro... No puede, no debe
¡dejarse! Miguel.
La camioneta, conducida por
Jaime, lleva al lado del puesto del conductor a Miguel. Junto a ellos la
cuadrilla y a José Manuel, otro Armillita con la garra de la dinastía apoderado
de Armillita Chico. La polvareda del
agreste camino disuelve la imagen del carruaje y lejos, sin que la escuchen, la
voz de una niña, hermosa criatura de nombre Paulina, que grita ¡No te dejes
Miguel, no te dejes!... Es la hija de Fermín, que también anima a Miguel.
Aunque esa tarde sea Miguel el rival de su padre.
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